Siempre tengo cáscaras de ajo a mano gracias al secreto de mi abuela. Nuestros abuelos conocían el valor del reciclaje en el hogar y le daban un nuevo uso a los restos de comida. Las cáscaras de ajo, en particular, tienen usos inesperados más allá de simplemente condimentar la comida.
Si bien los alimentos básicos como el ajo y la cebolla aportan sabores únicos a los platos, nuestros abuelos tenían un truco económico para las cáscaras que quedaban después de usar el ajo en una comida: en lugar de tirarlas, les encontraron otro uso inteligente y económico. Esta sabiduría de las abuelas se extiende a la jardinería, ya que ofrece un método simple pero eficaz para proteger las plantas.
El ajo posee propiedades antifúngicas y antiparasitarias, que se pueden aprovechar mediante una infusión casera. A continuación te explicamos cómo prepararla:
1.Vierta un litro de agua en una cacerola.
2. Añade cuatro cáscaras de dientes de ajo a la olla.
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