Para empezar, tendrás que cortar un limón por la mitad y frotarlo sobre las cáscaras de los huevos antes de hervirlos (también puedes echar un cuarto de limón en el agua de cocción de los huevos). Luego, sumerge los huevos en el agua y déjalos reposar hasta que tengan la consistencia deseada. Después de la cocción, verás que la membrana se desprende muy fácilmente. Quitar las cáscaras de los huevos ahora será muy fácil.
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