Preparar las lentejas:
Cocina las lentejas según las instrucciones del paquete y escúrrelas bien. Si ya las tienes cocidas, asegúrate de que estén bien escurridas.
Preparar la mezcla de albóndigas:
En un tazón grande, mezcla las lentejas cocidas, la zanahoria rallada, la cebolla, el ajo, el huevo, el pan rallado, el queso rallado, el queso parmesano (si lo usas) y el perejil. Salpica con sal y pimienta al gusto. Mezcla bien hasta obtener una masa homogénea.
Formar las albóndigas:
Con las manos, forma pequeñas albóndigas con la mezcla. Si la masa está muy pegajosa, puedes añadir un poco más de pan rallado.
Freír las albóndigas:
Calienta aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio. Fría las albóndigas en lotes hasta que estén doradas y crujientes por fuera, aproximadamente 5-7 minutos por cada lado. Retíralas y colócalas en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Preparar la salsa:
En una sartén aparte, calienta un poco de aceite de oliva y sofríe el ajo hasta que esté dorado. Añade la salsa de tomate, el orégano, sal y pimienta. Cocina a fuego lento durante unos 10 minutos para que los sabores se mezclen.
Servir:
Puedes servir las albóndigas con la salsa de tomate caliente. Si lo prefieres, también puedes hornear las albóndigas en un horno precalentado a 180°C (350°F) durante unos 20 minutos, y luego añadir la salsa y hornear otros 10 minutos.
Espero que te encante
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