1. Precalienta el horno a 180°C (350°F).
2. Engrasa y enharina un molde para bizcocho o forra con papel de hornear.
3. En un bol, tamiza la maicena, la harina de trigo, el polvo de hornear y la pizca de sal. Esto ayudará a que la mezcla quede más aireada y sin grumos.
4. En otro bol, bate la mantequilla junto con el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa y suave. Esto puede llevar unos 5 minutos con batidora eléctrica.
5. Añade los huevos uno por uno, batiendo bien después de cada adición. Si la mezcla parece cortarse un poco, no te preocupes, es normal y se arreglará al incorporar la harina.
6. Añade la esencia de vainilla y la ralladura de limón o naranja si estás usando. Mezcla bien.
7. A continuación, añade la mezcla de ingredientes secos a la mezcla de mantequilla, azúcar y huevos. Hazlo poco a poco, alternando con un poco de leche si la masa queda muy espesa (aunque no es siempre necesario). Mezcla suavemente con movimientos envolventes hasta que todo esté bien integrado.
8. Vierte la masa en el molde previamente preparado y alísala con una espátula para que quede uniforme.
9. Hornea el bizcocho en el horno precalentado durante unos 35-40 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro salga limpio.
10. Deja enfriar el bizcocho en el molde durante 10 minutos antes de desmoldarlo sobre una rejilla para que se enfríe por completo.
11. Si lo deseas, espolvorea azúcar glas por encima para decorar.
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