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Cazuela cremosa de patatas y espinacas

Preparar las Patatas:
Precalienta el horno a 180°C.
En una olla grande, hierve las rodajas de patata durante unos 5-7 minutos, hasta que estén ligeramente tiernas pero no completamente cocidas. Escúrrelas y reserva.
Saltear las Espinacas:
En una sartén grande, derrite la mantequilla a fuego medio.
Agrega la cebolla y el ajo, y sofríe hasta que estén dorados y fragantes.
Añade las espinacas y cocina hasta que estén tiernas y bien reducidas. Si usas espinacas congeladas, asegúrate de que estén bien escurridas antes de agregarlas a la sartén.
Condimenta con sal, pimienta y nuez moscada al gusto.
Preparar la Salsa:
En un bol, mezcla la crema de leche, la leche y la mitad del queso rallado.
Agrega una pizca de sal, pimienta y nuez moscada, y mezcla bien.
Montar la Cazuela:
Engrasa una fuente para horno con un poco de mantequilla o aceite.
Coloca una capa de rodajas de patata en la base de la fuente, seguida de una capa de espinacas salteadas.
Repite las capas hasta que se acaben las patatas y las espinacas.
Vierte la mezcla de crema y leche sobre las patatas y las espinacas, asegurándote de que todo esté bien cubierto.
Espolvorea el resto del queso rallado por encima.
Hornear:
Cubre la cazuela con papel de aluminio y hornea durante unos 25 minutos.
Retira el papel de aluminio y hornea durante otros 10-15 minutos, o hasta que la parte superior esté dorada y burbujeante.
Servir:
Deja reposar la cazuela unos minutos antes de servir para que se asiente.
Sirve caliente como plato principal o como acompañamiento de carnes o pescados.
Esta cazuela cremosa de patatas y espinacas es un plato reconfortante y delicioso, ideal para una comida familiar. La combinación de patatas tiernas, espinacas sabrosas y una salsa rica y cremosa hará que todos quieran repetir.

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