Pasos: Pela los dientes de ajo y córtalos en rodajas finas. Coloca las rodajas en una bandeja deshidratadora. Sécalas a 125 °F (52 °C) hasta que se haya evaporado toda la humedad.
Guarde el ajo seco en un recipiente hermético. Muela las rodajas secas para hacer ajo en polvo o utilícelas enteras en sopas y guisos.
6. Conservar alimentos en vinagre o salmuera.
Pasos: Pelar los dientes de ajo y ponerlos a remojar en una mezcla de vinagre, sal y especias. Ponerlos en frascos herméticos y conservar en el frigorífico.
El tiempo que el ajo encurtido puede durar en el refrigerador varía desde varios meses hasta un año.
Consejos para todos:
Revise periódicamente el ajo almacenado para ver si hay algún diente que esté empezando a echarse a perder. Retire esos dientes de inmediato para evitar que el deterioro se propague.
Coloque una etiqueta y una fecha en sus recipientes de almacenamiento para saber cuándo se almacenó el alimento.
Con estas técnicas, podrá disfrutar del intenso sabor del ajo durante todo el año, reduciendo el desperdicio y aprovechando al máximo sus habilidades culinarias. Si decide congelar, secar o encurtir ajo, podrá asegurarse de tener siempre disponible este importante ingrediente para cocinar.
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