El ajo es un antiinflamatorio y antiséptico, contiene alicina que protege permanentemente contra bacterias y parásitos. Cuando se vierte por el inodoro, cambia el ambiente y lo vuelve inadecuado para las bacterias. Por este motivo, los hongos ya no pueden crecer. Por eso muchas amas de casa lo tiran al inodoro, ayuda a deshacerse permanentemente de las bacterias durante unos días.
Simplemente pele un diente de ajo y tírelo al agua del inodoro por la noche antes de acostarse. Elegimos hacerlo por la noche, porque la noche es el único momento del día en el que se utiliza menos, si es que se utiliza. Por tanto, el ajo tiene mucho más tiempo para actuar. Tan pronto como te levantas al día siguiente, simplemente tiras de la cadena y listo. Los gérmenes y las bacterias ya no existirán.
Vierta ajo por el inodoro para eliminar gérmenes y manchas amarillas
Este remedio puede dar excelentes resultados al primer intento, pero es necesario utilizarlo al menos dos veces por semana para asegurar que el inodoro quede impecable. Debido a su acción antifúngica y microbiana, el ajo mantiene eficazmente desinfectada cualquier instalación sanitaria y puede utilizarse de múltiples formas. Por ejemplo, si preparas té de ajo y lo viertes en el grifo del baño, las manchas amarillas se pueden eliminar.
Para hacer té de ajo, hierva dos tazas y media de agua con tres dientes de ajo. Luego vierte la solución en la taza y en los grifos amarillentos del baño tan pronto como esté fría. Las manchas prácticamente desaparecen solas, sin esfuerzo y sin perder tiempo.
Los mil beneficios del ajo
El ajo siempre ha sido una panacea para el ser humano y por ello se considera un antibiótico natural, el remedio ideal para las dolencias estacionales. Consigue contrarrestar resfriados y gripes, tanto es así que los marineros y soldados de la antigua Roma lo utilizaban habitualmente, tanto para gozar de buena salud como para aumentar su resistencia física.
Sus propiedades son múltiples, antisépticas, antiinflamatorias, digestivas, anticancerígenas, antioxidantes. Es bueno para el corazón, reduce la presión arterial y lucha contra el colesterol malo. Una vez descubiertas sus múltiples virtudes, es realmente difícil, por no decir imposible, desprenderse de él.
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