A continuación se muestra un método útil para limpiar el horno utilizando el “truco del recipiente”:
Para comenzar, ablande la grasa endurecida. Dado que muchas personas no limpian el horno inmediatamente después de cocinar, estos derrames endurecidos se vuelven más difíciles de eliminar.
Utilice vinagre y limón como principales agentes de limpieza.
Tome un recipiente apto para horno, llénelo con agua y agregue una taza de vinagre (evitando llenarlo demasiado).
Coloque este recipiente en el centro del horno y caliéntelo a 180 grados centígrados.
Deje que el vapor haga su magia sobre la grasa.
Después de que la mezcla de agua y vinagre se haya evaporado, apaga el horno y déjalo enfriar.
Luego, utilice una esponja abrasiva suave para eliminar suavemente la grasa.
Alternativamente, el bicarbonato de sodio puede reemplazar al vinagre:
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