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La magia de la mozzarella casera: una delicia de 15 minutos

Calentar la leche: empezar calentando suavemente la leche en una cacerola grande a unos 90 °F. Mientras revuelve, agregue gradualmente el ácido cítrico disuelto. Este es un paso crucial para iniciar el proceso de cuajado.

Añadir el cuajo: Una vez que la leche alcance la temperatura deseada, incorpora el cuajo diluido con una espumadera, con movimientos de arriba hacia abajo durante unos 30 segundos. Luego, deja reposar la mezcla sin tocarla durante 5 minutos, durante los cuales la leche comenzará a coagularse.

Corte la cuajada: después de que la leche se haya asentado, corte la cuajada en cubos formando una cuadrícula con un cuchillo. Caliente suavemente la cuajada a unos 40 °C (105 °F), revolviendo lentamente. Notará que la cuajada comienza a consolidarse y a separarse aún más del suero.

Método para microondas: Transfiera la cuajada con una espumadera a un recipiente apto para microondas. Caliente en el microondas a máxima potencia durante 1 minuto y luego escurra el suero. Doble y estire suavemente la cuajada. Repita el proceso de cocción y estiramiento en el microondas dos veces más, durante 30 segundos cada vez, hasta que el queso esté suave y elástico.

Dar forma y enfriar: Sazonar el queso con sal al gusto, darle la forma deseada y luego sumergirlo en agua fría durante unos minutos. Finalmente, pasarlo a un baño de agua con hielo para que se enfríe por completo.

¡Felicitaciones! Acabas de preparar tu propio queso mozzarella casero. Este proceso no solo le da un toque de encanto casero a tus comidas, sino que también te abre un mundo de exploración culinaria. Ya sea que lo uses en una pizza casera, en una refrescante ensalada caprese o lo disfrutes solo, tu mozzarella fresca sin duda realzará cualquier plato que acompañe.

Disfrute de la sencillez y la satisfacción de elaborar queso casero. Es un testimonio de las maravillas que puede crear con solo unos pocos ingredientes básicos y una pizca de amor y paciencia. Disfrute de su aventura en la cocina y de la deliciosa mozzarella resultante. ¡Buen provecho!

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