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Mi amigo hawaiano me mostró esta receta por primera vez y ¡desde entonces la hemos estado comiendo con regularidad!

1. Comienza sazonando las costillas con sal y pimienta. Puedes hacer esto la noche anterior y dejarlos marinar en el refrigerador para darle un toque extra de sabor.
2. En su olla de cocción lenta, mezcle la salsa barbacoa, la salsa de soja, el azúcar moreno, el ajo picado y el jengibre rallado para crear un baño dulce y salado para las costillas.
3. Agrega suavemente las piñas cortadas en cubitos, asegurándote de que estén bien integradas en la salsa.
4. Coloque con cuidado las costillas en la olla de cocción lenta. Intenta sumergirlos lo más posible en la salsa con infusión de piña.
5. Configure la olla de cocción lenta a fuego lento y deje que las costillas hiervan a fuego lento hasta que estén tiernas y perfectas durante aproximadamente 6 a 8 horas, o póngala a temperatura alta para un tiempo de cocción más rápido de aproximadamente 3 a 4 horas.
6. Una vez que las costillas estén listas para desprenderse del hueso, retírelas de la olla de cocción lenta y colóquelas en un plato. Quita el exceso de grasa de la salsa y viértela en una cacerola.
7. Mezcle la maicena con una cucharada de agua y bátala con la salsa, cocinando a fuego medio hasta que espese bien.
8. Rocíe ese glaseado hawaiano espeso sobre las costillas y ¡no se contenga! Si lo desea, puede colocar las costillas debajo del asador durante unos minutos para que se caramelicen. Solo vigílalos de cerca para que no se quemen.
9. Adorne con cebollas verdes en rodajas para darle un toque de color y sabor.
Variaciones y consejos
Para darle un toque más picante, agregue una cucharadita de hojuelas de pimiento rojo triturado a la salsa antes de cocinarla. Y si tiene tiempo extra el fin de semana, puede dorar las costillas en una sartén durante unos minutos antes de agregarlas a la olla de cocción lenta para conservar los sabores y crear un exterior crujiente. Jugar con los sabores es de lo que se trata la cocina. ¿No tienes piñas enlatadas a mano? Pruebe con mango o melocotón para darle un toque dulce diferente. Además, si te sobraron (y eso es un gran si), estas costillas preparan sándwiches increíbles al día siguiente. Simplemente desmenuce la carne y colóquela en un panecillo con una cucharada de ensalada de col. ¡Disfruten, amigos!

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