Lea siempre atentamente las etiquetas de lavado de todas las prendas antes de colocarlas en la lavadora;
Intente sustituir el detergente y los suavizantes de telas agresivos por productos naturales como vinagre, bicarbonato de sodio o limón.
Si sigues todos nuestros consejos no tendrás más problemas. Tu ropa quedará limpia y perfumada después de cada lavado y, además, perfectamente planchada. Si quieres conocer otras técnicas para evitar el planchado, sigue leyendo: también tenemos más consejos para ti.
Por ejemplo, puedes pensar en colgar la ropa mientras te duchas. ¿Por qué? Sencillo: el vapor que sale del agua caliente al abrir la puerta evitará que la ropa se arrugue y se doble.
También puedes mojar la ropa arrugada con un poco de agua y secarla sobre un radiador o cerca de una fuente de calor. Las arrugas desaparecerán en unos minutos.
El último remedio que proponemos es un método muy antiguo utilizado también por nuestras abuelas y consiste en colocar la ropa arrugada sobre una olla con agua hirviendo: aquí también las arrugas desaparecerán.
Si, por el contrario, puedes utilizar la secadora y quieres secar tus toallas, el método del cubito de hielo vuelve a ser extraordinario. Los expertos recomiendan introducir un cubito de hielo en la secadora para las toallas delicadas, dos para las oscuras y tres para las de color.
Si tu problema no solo se refiere al lavado y secado de la ropa sino también al olor que desaparece inmediatamente después del lavado, aquí también tenemos la solución a tu problema. Vierte 5 gotas de aceite esencial de limón o lavanda en la bandeja del suavizante y tu ropa olerá bien durante días.