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Queso casero rápido y delicioso: un guiño a la tradición italiana

Vinagre blanco: Este ingrediente mágico transforma la leche en cuajada y suero de leche, como un alquimista culinario.
Paso a paso hacia la felicidad cursi
Calentar la leche: Vierte la leche en una olla y caliéntala suavemente a fuego medio hasta que esté humeante con pequeñas burbujas alrededor de los bordes, justo antes de que hierva.
Agrega el vinagre: Agregue unas cucharadas de vinagre blanco una vez que la leche esté tibia. Casi de inmediato, la leche se cuajará, lo que indica la formación de queso.
Déjalo reposar: Retira la olla del fuego y déjala reposar durante un par de minutos. Esto permite que la cuajada se acumule e intensifique el sabor.
Colar y prensar: Forre un colador con una gasa y vierta la mezcla a través de él para separar la cuajada del suero. Presione suavemente la cuajada para eliminar el exceso de líquido.
Dale sabor: Agregue una pizca de sal, hierbas frescas o cualquier otro saborizante deseado para personalizar su queso.
Listo para disfrutar
En poco tiempo, tendrá un lote de queso suave y fresco listo para elevar sus creaciones culinarias. Extiéndalo sobre pan crujiente, espolvoréelo sobre ensaladas o saboree directamente de la cuchara.

Una tradición continuada

Cada vez que haces este queso, no solo estás siguiendo una receta, sino que estás defendiendo una parte de la herencia culinaria en tu propia cocina. Es una celebración de la tradición, la simplicidad y los sabores extraordinarios que surgen de los ingredientes básicos. Así que brindemos por la tradición, la simplicidad y el queso casero que está listo en un instante, ¡como solía hacer Nonna!

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