- En un tazón pequeño, combine la levadura seca activa, el azúcar y el agua tibia. Revuelva suavemente y déjelo reposar durante unos 5 minutos hasta que la mezcla se vuelva espumosa.
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- En un tazón grande, combine la harina para todo uso y la sal. Crea un pozo en el centro.
- Vierta la mezcla de levadura y el aceite de oliva en el pozo. Revuelva con una cuchara hasta que la masa comience a unirse.
- Transfiera la masa a una superficie ligeramente enharinada y amase durante unos 5-7 minutos hasta que quede suave y elástica.
- Coloca la masa en un bol engrasado y cúbrela con un paño de cocina limpio. Déjelo reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 a 2 horas o hasta que duplique su tamaño.
- Una vez que la masa haya subido, golpéala hacia abajo para liberar las burbujas de aire. Divida la masa por la mitad si prefiere una masa fina o use toda la masa para obtener una masa más gruesa.
- Extienda la masa sobre una superficie enharinada hasta darle el grosor y la forma deseados.
- Transfiera la masa a una bandeja para hornear o piedra para pizza forrada con papel pergamino.
- Precalienta el horno a 475°F (245°C) y deja reposar la masa durante unos 10 minutos.
- Agregue sus ingredientes de pizza favoritos y hornee durante 12 a 15 minutos, o hasta que la corteza esté dorada y el queso esté derretido y burbujeante.
¡Disfruta de tu creación de pizza casera con amigos y familiares!
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