ADVERTISEMENT

ADVERTISEMENT

ADVERTISEMENT

¡Rápido y fácil! ¡Justo como a mí me gusta!

Enclavada en el corazón del campo, he llegado a apreciar las comodidades simples que solo las recetas antiguas pueden brindar. La cazuela de pollo suiza, mis queridos, es una de esas delicias: una mezcla cálida y burbujeante que habla al corazón tanto como al estómago. Aunque sus orígenes pueden no estar profundamente arraigados en el suelo del Medio Oeste, nuestra adaptación sin duda ha encontrado un hogar entre las olas ambarinas de los cereales. Con la simplicidad del queso suizo y el toque hogareño de la mezcla de relleno condimentada con hierbas, este plato tiene el poder de reunir a la familia alrededor de la mesa, tentando incluso a los granjeros más rezagados de los campos al primer indicio de su sabroso aroma. Es perfecto para esos momentos en los que se anhela algo sustancioso y reconfortante, sin ninguno de los alborotos de un asado dominical.
Para apreciar verdaderamente esta cazuela de pollo suiza, deberá acompañarla con guarniciones que sean tan humildes y reconfortantes como la cazuela en sí. Unas judías verdes con almendras o maíz con mantequilla pueden agregar un toque de la abundancia del verano, mientras que una ensalada crujiente y variada rociada con su aderezo favorito hace que la comida sea liviana. No olvide una rebanada de pan crujiente y abundante para absorber hasta la última gota dorada de su plato.

Ingredientes

– 4 pechugas de pollo deshuesadas y sin piel
– 8 rebanadas de queso suizo
– 1 lata (10,75 oz) de crema de pollo
– 1/4 taza de leche
– 2 tazas de mezcla para relleno condimentada con hierbas
– 1/2 taza (1 barra) de mantequilla sin sal, derretida
– Perejil fresco, picado (para decorar, opcional)

Next page

ADVERTISEMENT

ADVERTISEMENT

Leave a Comment